LAS CUESTIONES ÉTICAS
lo bueno y lo malo
El
hacer lo bueno y lo mano en nuestra vida, es determinante,
porque traza el rumbo que vamos a seguir todos los días
que nos quedan. Es una
decisión diaria.
Existe
un refrán que dice: el fin justifica los medios,
pero ¿que si esos
medios son la estafa, la corrupción, el soborno,
la mentira, el robo,
la destrucción de documentos; todo eso para obtener
estabilidad y
estatus social y económico?
No,
es mejor ir poco a poco, subiendo etapas profesionales,
sufrir caídas y golpes que nos hacen madurar,
para que
cuando lleguemos a la cima, veamos hacia atrás
y digamos: "costó
pero al fin llegué"
La
diferencia entre lo bueno y lo malo a veces es muy sutil,
al punto que parecen ser iguales. La Palabra del Señor
hace mucho hincapié en este tema, por ejemplo
en el libro de Santiago 4:17 dice: y al que sabe hacer
lo bueno, y no lo hace, le es pecado.
Pero
¿que hacer cuando uno ha escogido el camino equivocado?,
¿hay alguna salida al problema?, claro que si,
pero tendrás que ser muy valiente y afrontar
las consecuencias con valor y confiar que el Señor
te ayudará en todo momento. Si se humillare mi
pueblo, sobre el cuál mi nombre es invocado,
y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de
sus malos caminos; entonces yo oiré desde los
cielos, y
perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
2 de Crónicas 7:14.
Cada
mañana al despertar y por la noche al descansar,
agradezco tus bondades a mi vida, por todo lo que me
permites disfrutar.
La felicidad
La felicidad suele ir aparejada a una condición interna o subjetiva de satisfacción y alegría. Algunos psicólogos han tratado de caracterizar el grado de felicidad mediante diversos tests, y han llegado a definir la felicidad como una medida de bienestar subjetivo (autopercibido) que influye en las actitudes y el comportamiento de los individuos. Las personas que tienen un alto grado de felicidad muestran generalmente un enfoque del medio positivo, al mismo tiempo que se sienten motivadas a conquistar nuevas metas.
La verdadera libertad
En la obra de Antoine de Saint-Exupéry, el zorro le dice al principito “sólo con el corazón se ve correctamente; lo esencial es invisible a los ojos”. Y quizás porque la “libertad” sea un bien esencial entre nosotros, la enseñanza de aquel zorro sabio sea de gran valor para considerar el grado de libertad que nos adjudicamos en estos tiempos.
¿Somos en realidad “libres”, o existen cadenas que conciente o inconcientemente nos atan e igualmente nos proclamamos “libres”?
Muchas veces lo que vemos no es la realidad. Puede ser una parte de la realidad, un reflejo, o bien sólo una sombra. Pero no la realidad (aclaramos que hablamos de realidad en términos de la dimensión de la forma, que en verdad siempre es una "ilusión"). Y es que muchas veces no estamos atentos, y un gran número condicionamientos y hábitos que hemos venidos internalizando durante largo tiempo nos dificultan estar atentos y alertas y ver con claridad.
Pongamos a prueba nuestra “visión” con un pequeño ejercicio. Abra todos los dedos de una mano y ponga esa mano frente a sus ojos. ¿Qué número puede “ver” en esa mano con todos los dedos abiertos? Es más que probable que su respuesta sea el número “5”. Y si… hay 5 dedos. Pero si agudizamos nuestra atención, observaremos que entre cada dedo hay un espacio, que en total suman 4 espacios. Una mano abierta nos muestra 5 dedos y 4 espacios, y por lo tanto el número que representa esa mano es el “9”
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