lunes, 6 de marzo de 2017

LAS CUESTIONES ÉTICAS

LAS CUESTIONES ÉTICAS
lo bueno y lo malo

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Distinguir entre lo bueno y lo malo no siempre es tan fácil; porque casi nunca se aparecen el angelito a la derecha y el diablito a la izquierda. Suele suceder que hacer lo bueno es complicado e implica tomar decisiones un poco incómodas, mientras que hacer lo malo es demasiado fácil y no representa ningún esfuerzo de nuestra parte (es como tener la bola a un metro del marco y que no haya portero)
El hacer lo bueno y lo mano en nuestra vida, es determinante, porque traza el rumbo que vamos a seguir todos los días que nos quedan. Es una decisión diaria.
Existe un refrán que dice: el fin justifica los medios, pero ¿que si esos medios son la estafa, la corrupción, el soborno, la mentira, el robo, la destrucción de documentos; todo eso para obtener estabilidad y estatus social y económico?
No, es mejor ir poco a poco, subiendo etapas profesionales, sufrir caídas y golpes que nos hacen madurar, para que cuando lleguemos a la cima, veamos hacia atrás y digamos: "costó pero al fin llegué"
La diferencia entre lo bueno y lo malo a veces es muy sutil, al punto que parecen ser iguales. La Palabra del Señor hace mucho hincapié en este tema, por ejemplo en el libro de Santiago 4:17 dice: y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.
Pero ¿que hacer cuando uno ha escogido el camino equivocado?, ¿hay alguna salida al problema?, claro que si, pero tendrás que ser muy valiente y afrontar las consecuencias con valor y confiar que el Señor te ayudará en todo momento. Si se humillare mi pueblo, sobre el cuál mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. 2 de Crónicas 7:14.
Cada mañana al despertar y por la noche al descansar, agradezco tus bondades a mi vida, por todo lo que me permites disfrutar.

 La felicidad
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La felicidad es una emoción que se produce en la persona cuando cree haber alcanzado una meta deseada.
La felicidad suele ir aparejada a una condición interna o subjetiva de satisfacción y alegría. Algunos psicólogos han tratado de caracterizar el grado de felicidad mediante diversos tests, y han llegado a definir la felicidad como una medida de bienestar subjetivo (autopercibido) que influye en las actitudes y el comportamiento de los individuos. Las personas que tienen un alto grado de felicidad muestran generalmente un enfoque del medio positivo, al mismo tiempo que se sienten motivadas a conquistar nuevas metas.

 La verdadera libertad
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“La verdadera libertad y el final del sufrimiento estriban en vivir como si hubieras elegido deliberadamente cualquier cosa que sientas o experimentes en este momento…” (Etkart Tolle – “El Silencio habla”)
En la obra de Antoine de Saint-Exupéry, el zorro le dice al principito “sólo con el corazón se ve correctamente; lo esencial es invisible a los ojos”. Y quizás porque la “libertad” sea un bien esencial entre nosotros, la enseñanza de aquel zorro sabio sea de gran valor para considerar el grado de libertad que nos adjudicamos en estos tiempos.
¿Somos en realidad “libres”, o existen cadenas que conciente o inconcientemente nos atan e igualmente nos proclamamos “libres”?
Muchas veces lo que vemos no es la realidad. Puede ser una parte de la realidad, un reflejo, o bien sólo una sombra. Pero no la realidad (aclaramos que hablamos de realidad en términos de la dimensión de la forma, que en verdad siempre es una "ilusión"). Y es que muchas veces no estamos atentos, y un gran número condicionamientos y hábitos que hemos venidos internalizando durante largo tiempo nos dificultan estar atentos y alertas y ver con claridad.
Pongamos a prueba nuestra “visión” con un pequeño ejercicio. Abra todos los dedos de una mano y ponga esa mano frente a sus ojos. ¿Qué número puede “ver” en esa mano con todos los dedos abiertos? Es más que probable que su respuesta sea el número “5”. Y si… hay 5 dedos. Pero si agudizamos nuestra atención, observaremos que entre cada dedo hay un espacio, que en total suman 4 espacios. Una mano abierta nos muestra 5 dedos y 4 espacios, y por lo tanto el número que representa esa mano es el “9”


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